English plantillas curriculums vitae French cartas de amistad German temas para windows Spain cartas de presentación Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

Lo poco de este Abril, fugandose de mi...

Esa noche de Abril nos convertimos en la nueva sensación, en lo que toda chica que recorría la noche, quería ser. Recuerdo perfectamente que destacábamos entre las otras chicas desde cabello hasta los pies, no se nos había escapado ni el más pequeño detalle.
Eran aproximadamente las dos de la madrugada cuando se nos acerca un barman diciendo que andaban regalando tequila, curioso fue que a nadie más esa noche le hicieron ese regalito. Nos acercamos a la barra como verdaderas divas, nos sentíamos las reinas de la noche, incluso antes de que pasara lo que pasó. Minutos después, cuando el tequila, la cerveza y otro trago que el muchacho nos regaló (y que aún hoy no recuerdo que era), comenzaban a hacer efecto y a revolvernos las ideas, un tipo desde atrás de la barra, me señaló. Admito que en aquel momento pensé algo asó como 'Acá, me sacan'. Yo llevaba entonces un chalequito animal print de piel sintética, algo que muy pocas personas, se animarían a usar acá en mi ciudad. En fin, me acerqué timidamente al hombre y empezaron los dulces halagos... recuerdo que halagó mi sonrisa, mis ojos, mis largas piernas y hasta mis hombros. Nos dijo que pidieramos los tragos que quisieramos, todo aquello que se nos ocurriera tomar, aunque previo a eso, nos hizo probar el shot de Golden Margarita.
Una hora y media estuvimos él y yo hablando, mis amigas, junto a un par de chicas a las que habíamos conocido segundos antes por haberles regalado un par de tragos, comenzaron a insistirme que besara al galán que hacía ya un largo rato no dejaba de mirarme de una manera apasionada y a la vez escalofriante.
Lo miré, me sonrío, apretó mi mano y saltó la barra. Fue en ese momento en el que opté por hacer el papel de distraída. Al ver el salto que dio, me dí media vuelta y simulé no haberme enterado de nada, simulé no estar ahí con mis amigas, ni conocerlo a él. Prendí un cigarrillo, él se abrió camino entre la gente, me agarró de la cintura rapidamente y sin dejarme tiempo a reaccionar, me besó sin importar nada ni nadie. La gente aplaudió y sacó fotos. Aquél tipo era dueño del bar...
Ese fue apenas el comienzo de la noche y por supuesto, apenas el comienzo también de los rumores.
Siete meses duró aquella loca pasión, aquella obsesión de amantes de fin de semana.
Hasta el día de hoy, recibo llamadas y mensajes de él, invitandome a tomar algo, a jugar a las cartas, a charlar sobre la vida como solíamos hacerlo antes, pero hay algo en mí que no me permite aceptar la oferta y aún no logro saber qué.
Hoy puedo decir que ese romance que vivimos juntos, fue, es y va a ser, una de las mejores cosas que pudieron pasarme en lo que llevo de vivida esta loca, pero linda vida.

No hay comentarios:

Seguidores