Un masoquista enamorado.

-No sé porque, pero desde que entraste a esta sala cambiaste mi vida. Me metiste en una confusión... Hasta hace unos días creía tener en claro el significado de "primavera" y era feliz con eso. Ahora no sé bien que es... No sé si es tu vestido lleno de flores, tu voz, tu perfume, tus largas piernas, esa facilidad que tenés de hacerme sonreír  esa mirada llena de misterios o esa sonrisa que me mata y me hace resucitar al mismo tiempo. Tal vez sea el ruido de tus tacos altos de madera cada vez que caminas o la forma en que tu pelo se mueve con la brisa. No sé si la primavera es ese miedo mezclado con felicidad, ansiedad, nervios, indecisión y el resto de las cosas que me hacés sentir cada vez que te veo o si es todo esto sólo una ilusión. No sé si te estoy soñando o si saliste de mis sueños convirtiéndote en esta musa que me inspira las cosas más locas, románticas y apasionadas... Sos... SOS MI PRIMAVERA.
-Te equivocás. Soy todo lo contrario. Soy tu peor pesadilla, tus sueños frustrados, tu llanto en las noches de soledad, tu miedo de perder a las personas que querés. Soy la locura que te arrastra cada noche al insomnio. Soy la peor droga que pudiste probar. Soy notsálgica como el otoño y fría como el invierno. Soy tus noches de ebriedad y el pánico que te agarra cuando caes en los efectos de la cocaína. Soy las canciones más tristes que pudiste componer. Soy tus ideas inconclusas y hasta tus agonías. Soy lo que nunca quisiste tener, soy lo que nunca quisiste ser...
-Te amo- Interrumpió el joven músico que no le quitaba la vista de encima.
-¡Sos todo un masoquista!
-Sí, soy un masoquista enamorado.