Lunes por la madrugada...

Hello there! Hoy me desperté a las dos de la tarde aproximadamente. Me acosté a las cinco de la madrugada, después de haber pasado una NOCHE DE CHICAS con una amiga que no veía hacía ya unos cuantos meses.
Mi Lunes, luego de levantarme, empezó así:

El infaltable café y el jugo de naranja exprimido para lograr funcionar y no ser una especie de zombie sin desarrollo de vida o muerte. En conclusión, sin esta combinación, no soy ni siquiera una muerta viviente. 

Hasta ahora fue un día bastante tranquilo dentro de casa. Todavía no he salido a respirar aire libre y tener contacto con la naturaleza, pero bueno, el viento se escucha fuerte y me atemoriza, (en realidad me quita las ganas de salir). Hace calor y corre viento, hay que tener coraje para poner un pie allá afuera. En una hora tengo que ir a trabajar y eso implica salir... arriesgarse a que el viento pegue en la cara y el sol queme por apenas segundos hasta llegar a la casa de Julian.

Bueno. Regresando al Domingo... Afortunadamente no fue un Dominguicidio, no me deprimí, pero surgió en mi un instinto asesino cuando mis amigas (Romi y Abi) atrasaron el encuentro que teníamos planeado. Resulta que nos íbamos a juntar para ir a un Centro Comercial y estar ahí un rato, tomando café, charlando y comprando chucherías, pero una de ellas no estaba libre hasta las nueve p.m.(la desorganizadora nunca apareció) y bueno, pasé el día encerrada hasta la hora de juntarnos.

Yo estaba lista, vestimenta casual, un poco de maquillaje, labial rojo y perfume importado. El pelo me había quedado genial, por primera vez me gustaba como me quedaban las ondas, a mi criterio, podría haber ganado en un concurso no planeado (ego por las nubes MODE ON). En fin, salí del departamento y Romina me dijo que venía en moto, mi odio en ese momento aumentó, pero no pude decir nada. A las nueve en punto pasó a buscarme y partimos a su casa. Obviamente, pasamos primero por el Centro Comercial a chusmear que había y sin darme cuenta salí de allí con un bolso nuevo... Eso me pasa por compradora compulsiva, lo sé.

He aquí parte del amado bolso.

Después fuimos a la casa de Romi que queda a un par de cuadras. Llegamos, nos sentamos a charlar con una Quilmes al lado y los infaltables cigarrillos. Nos pusimos al día y un poco más. Cocinamos un asado riquísimo, cenamos, seguimos charlando, limpiamos, nos pintamos las uñas, tomamos un poco más, y seguimos charlando... Una noche/madrugada espectacular. Nos hacía falta.

A continuación fotos del LUNES POR LA MADRUGADA...

Que bien que la pasamos, no parábamos de reír, de recordar salidas, frases y noches. ¡Tiene que repetirse pronto por favor!