Me acuerdo y me vuelvo LOCA.

¿Te acordas de aquella nochecita no tan cotidiana?

Estábamos los dos entre un mundo de gente, gente que iba y venía. No entraba un alma más en aquel lugar. Lo único que me importaba era que estabas ahí. Las miradas trancesivas, las de reojo, las carcajadas, los silencios incómodos. Fue perfecto haber volado con vos en ese viaje, en ese trance. 

Nunca me voy a olvidar de tu perfume, de tus sonrisas, de tus gestos caballerosos y esa forma que tenes de pararte y observar a tu alrededor.

Me hiciste sentir más de una vez, una en un millón. Creí durante esos minutos que eras lo único en esta tierra. No me importaba nada, sólo... sólo me volvías loca, me dejabas casi sin habla y a punto de temblar.

Fue mejor. Definitivamente fue mejor de lo que imaginaba. Fue mejor que mis sueños más locos, mejor que mis delirios también.

Fue una de las mejores cosas haberte conocido.